viernes, 17 de junio de 2011

En el Calmo Bosque

Perdido en la noche del murmullo
Camino siguiendo las huellas
Del guía descalzo y desconocido
Simétricos y ufanos árboles
Erguidos al lado del sendero
Extienden sus brazos
Tratando de asirme
En sus nervaduras
Las aves que residen en sus copas
Silban una triste canción de bienvenida
Como advirtiéndome que no avance más
El guía sigue dejando sus suaves pisadas
En un constante viaje en círculos
La luna hace brillar las gotas de rocío
Esparcidas como estrellas en una pequeña noche
Parpadeando en cadena silenciosa
El fantasma verde del bosque
Anuncia que estoy pronto a llegar
A la morada de aquél
Que controla los secretos de la floresta
Me apresto a entrar y seguirlo
Y aprehender el espíritu
De la fresca hierba, del enhiesto árbol,
Del discreto arbusto, de los vivaces pájaros.

jueves, 2 de junio de 2011

Valley of your Thoughts

Trying to dig in the depth of the valley of your thoughts
To unveil the silk curtain hiding the hall of your secrets
To open up the casket of your symbolic gems.
What’s crossing your mind behind those beaming eyes?
What words softly spoken as a whispering enchantment?
As a songbird at dawn sings its awakening song.
Like a puzzled captain on his worn out ship
Heading to an utopian island miles away
Following a wandering star to an non-existent north
I seek a clue from the windows of your spirit

Disyunción

Destino, persistes en mostrarme espejismos de soberbios placeres
para luego desvanecerlos
y abandonarme en un desierto
de arenas afiladas.
El agua más deliciosa se convierte ante mi
en un arroyo exhausto,
los frutos más exquisitos en amargas bayas secas,
el viento más fresco en un vaho sofocante,
los arbustos más frondosos en tallos muertos y secos,
el llano más verde en una páramo yermo y sin vida.
Y cuando al fin me alisto para regresar al lar donde pertenezco,
cuando me apresto a volver tras mis pasos cansados,
cuando la idea del deleite en tierra extraña abandona mi espíritu,
las visiones del gozo vedado
llegan con renovado ímpetu
haciendo que mis sentidos  caigan en la obnubilación ante su presencia,
como un narcótico inoculado en la sangre,
como un exótico licor bebido con fruición. 

Despedida

Y te fuiste un sábado por la mañana
tras apenas empacar y un leve adiós
tocando muy suave la campana
y musitando un me voy, quizás dos.


Te veo en todas partes
en la sala, en el comedor
en el jardín, en el cuarto
cuando entonces nos unía el amor.


La mesa donde comíamos
y hablábamos de temas mil
tu sonrisa al beber tus vinos
y tu convincente voz sutil.


Tu ficus favorito en el rincón del jardín
en cuya sombra solías descansar
no quiere más tiempo sin ti vivir
y ha caído en un lento marchitar.


El dormitorio, inmenso desde tu triste partir
es mudo testigo de nuestro antiguo vivir
los sueños que tuvimos (recuerdas aquella tarde de abril)
las risas, los sonidos, permanecen aquí.


Y te fuiste un sábado por la mañana
dejándome solo el triste recordar
las horas, días, años de una vida
que ambos no supimos hacer perdurar.